El niño que cortaba césped
Un niño fue a la farmacia para usar el teléfono.
Mientras llamaba, el dueño de la farmacia escuchó su conversación.
“Buenos días”, “Me podrá dar un empleo? Puedo cortar el césped de su jardín” – dijo el niño.
“Ya tengo a alguien que me corta el césped.” – respondió la señora al otro lado de la línea.
“Pero yo puedo cortarlo por la mitad del precio de quien se lo corta ahora”, – dijo el niño.
“Gracias por la oferta, pero estoy satisfecha con el servicio que recibo actualmente”. – dijo la señora.
“Pero yo puedo barrer su vereda y hacer con que su jardín sea el más bonito de todo el vecindario.” – afirmó el pequeño.
“No, muchas gracias”, – dijo la señora.
Sonriendo, el niño colgó el teléfono. Entonces, el dueño de la farmacia que oyó toda la conversación, se acercó.
“Me gusta tu actitud”, muchacho. “Felicidades por tu espíritu positivo. Quieres trabajar aquí?”
“No, muchas gracias”, respondió feliz el pequeño.
El hombre asombrado le dijo: “pero si estabas pidiendo trabajo hace un instante!”.
“No, señor. Estaba comprobando mi desempeño en el trabajo que tengo ahora”. “Soy la persona que trabaja para la señora que acabo de colgar!”
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Esto es el verdadero significado de la autoevaluación.
Todo el tiempo buscamos compararnos con los otros. Pero, la verdad, tenemos que compararnos con nosotros mismos.
Solo así, podemos crecer como personas.
Anónimo